- Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos persistentes que al menos inicialmente se experimentan como invasoras al irrumpir en la actividad mental de la persona. Suelen ser desagradables porque su contenido es violento u obsceno o porque son considerados como irracionales. La persona suele intentar resistirse o neutralizarlas. A pesar de ser involuntarios y repulsivos para ella, la persona reconoce como propios y no como algo externo a ella pero al mismo tiempo lo considera algo extraño a su sistema de pensamiento (es decir, egodistónico).
- Compulsiones: conductas o acciones mentales, repetitivas, finalistas e intencionales que se producen por lo general como respuesta a una obsesión, de forma estereotipada o siguiendo unas determinadas reglas. La conducta no es placentera ni útil, pero sí es ejecutada con el fin de reducir el malestar o impedir algún daño anticipado. No hay una conexión realista entre el peligro que se intenta evitar y la conducta o bien ésta es desmedida (por ejemplo, lavarse veinte veces las manos para eliminara por completo la contaminación resultante de haber tocado un objeto). Generalmente la conducta se acompaña de una sensación de urgencia compulsiva que disminuye tras su ejecución.
La persona aquejada de trastorno obsesivo compulsivo trata de resistirse tanto a las obsesiones como a las compulsiones. Pero estos intentos suelen fracasar y la persona siente que difícilmente puede deshacerse de ellas.
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