Los efectos de esta técnica son numerosos y fue Liberman (1994) quien los formuló tal que así:
- Pacientes con esquizofrenia son capaces de aprender una amplia gama de habilidades en situaciones específicas de entrenamiento.
- Los pacientes informan de una disminución acusada de su ansiedad social después del entrenamiento en habilidades sociales.
- Cuando esta técnica se realiza entre tres meses y un año y se acompaña de medicación, reduce considerablemente el riesgo de recaídas y produce una mejora evidente del funcionamiento social.
- Hay un cierto número de pacientes que tienen más dificultades a la hora de aprender estas habilidades sociales: sobre todo, pacientes que se distraen fácilmente y con síntomas más variados.
- Las habilidades adquiridas durarán un tiempo determinado, en función de la duración del propio entrenamiento; lo ideal es que dure como mínimo entre dos y tres meses, con 2 sesiones por semana.
- Si a los pacientes se les refuerza cuando ponen en práctica las habilidades sociales en contextos naturales, se advierte una mejora y una generalización a otros ámbitos.
Y en referencia a este último efecto, hay ocasiones en las que es difícil que esa generalización se de. Por ello, el propio Liberman diseñó un procedimiento llamado IVAST que ofrece al paciente orientaciones basadas en la solución de problemas cotidianos. Se ha comprobado que mejora el ajuste del funcionamiento social y mejora la calidad de vida del paciente.
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