Existen 3 tipos de intervenciones en este sentido:
- Técnicas que promueven la focalización en las voces alucinatorias.
- Técnicas que promueven la distracción de las voces alucinatorias.
- Técnicas para reducir la ansiedad.
Las técnicas de distracción, no obstante, producen únicamente efectos transitorios ya que el paciente sigue atribuyendo los sucesos autogenerados a fuentes externas y no se soluciona de raíz el sesgo cognitivo implicado. Por ello, varios autores (Bentall, Haddock y Slade) han diseñado una intervención en 3 fases con el objetivo de reducir la frecuencia de las voces y el malestar asociado mediante una reatribución gradual de las voces a uno mismo, de manera que:
- Se solicita al paciente que dirija la atención a las características físicas de las voces (como la intensidad, el tono, acento, etc.)
- Después, se le pide al paciente que preste atención al contenido de las voces, que normalmente suele reflejar las preocupaciones y pensamientos del propio sujeto. Además, se solicita al paciente que registre sus voces entre sesión y sesión para así disponer de un registro fidedigno de parámetros como la frecuencia de ocurrencia, etc.
- Por último, el paciente debe atender a sus creencias y pensamientos respecto a las voces que escucha, tanto antes como durante y después de que éstas ocurran. A partir de este punto, el objetivo es que el paciente vaya dándose cuenta de que las voces son autogeneradas y se produzca un proceso de toma de conciencia de su propia enfermedad.
- Terapia cognitivo-conductual para la psicosis de Fowler
- Terapia cognitiva para los delirios, voces y paranoia de Chadwick
- Estrategias de afrontamiento para las alucinaciones y los delirios de Yusupoff y Tarrier
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