- El paciente experimenta un miedo elevado ante una o más situaciones sociales o actuaciones en público donde es expuesto a la crítica de personas no familiares ni conocidas, temiendo quedar en ridículo o ser humillado.
- La exposición a la situación social genera en el sujeto una respuesta de ansiedad, que en ocasiones conduce a un ataque de pánico predispuesto por la situación generadora de ansiedad.
- La persona afectada reconoce que el miedo es excesivo o irracional.
- Las situaciones sociales que generan ansiedad son evitadas o se soportan con un elevado malestar.
- La fobia interfiere en la rutina normal del paciente, en sus relaciones laborales, profesionales y sociales.
- En menores de 18 años la duración debe ser de al menos 6 meses.
- El trastorno no se puede explicar por la presencia de otra enfermedad mental.
- Si existe una enfermedad mental o cualquier otro trastorno, el miedo no está relacionado con estos procesos.
Pueden distinguirse dos categorías:
- Fobia social circunscrita: miedo a situaciones específicas como comer en público, hablar frente a otras personas o escribir siendo observado.
- Fobia social generalizada: miedo en cualquier situación de interacción social.
En general, la edad de inicio se da a mediados de la edad adulta y frecuentemente precedida por antecedentes de timidez en la infancia. Además, el curso de este trastorno suele ser crónico, si bien depende mucho de las circunstancias concretas que rodean a la persona afectada. Estudios epidemiológicos demuestran que la fobia social es más frecuente en mujeres, a pesar de que en la población clínica los sexos se igualan.
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