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2 may 2014

Trastorno bipolar: episodio depresivo (I)

El trastorno bipolar es una afección psiquiátrica o enfermedad mental que se caracteriza por la presencia de fases depresivas y maníacas en el paciente. Durante la fase depresiva, el sujeto experimenta síntomas de diversa naturaleza, entre los que destacan los siguientes:

  • Síntomas anímicos: el paciente sufre generalmente tristeza o sensación de vacío. En ocasiones, esta tristeza puede agravarse y convertirse en una incapacidad para sentir o anhedonia, una especie de anestesia emocional que impide al sujeto experimentar cualquier tipo de interés o sensación placentera; además, pueden aparecer otras manifestaciones clínicas como ansiedad, angustia o abatimiento.
  • Síntomas cognitivos: por un lado, el sujeto experimenta una considerable disminución de sus capacidades cognitivas, viéndose afectadas funciones como la memoria, la atención o la capacidad de concentración. En personas de elevada edad, estas disfunciones pueden plantear la duda entre una demencia y el propio episodio depresivo, por lo que habrá que efectuar pruebas diagnósticas que corroboren el episodio. Por otro lado, se pueden producir distorsiones cognitivas en el paciente a la hora de valorar su entorno y cuestiones relativas al pasado y el futuro; son frecuentes también pensamientos de culpa o muerte, y en los casos más graves episodios psicóticos e ideas delirantes.
  • Síntomas motivacionales y conductuales: a lo largo del episodio depresivo, el paciente puede manifestar signos de inhibición conductual, lo que se ha venido a denominar la triple a: abulia, apatía y anhedonia. En los casos más graves, esta inhibición se convierte en un marcado retardo psicomotor que imposibilita a la persona a realizar cualquier acto intencional que requiera un mínimo de esfuerzo.
  • Síntomas físicos: los signos y síntomas más habituales suelen ser el insomnio, alteraciones del apetito y el peso, fatiga, molestias corporales, etc. A menudo estos signos físicos se confunden con enfermedades que ocultan el verdadero problema depresivo, lo que se traduce en exploraciones médicas inservibles y con un alto coste.
  • Síntomas interpersonales: los pacientes que sufren el episodio depresivo ven deterioradas sus relaciones sociales. Con frecuencia, disminuye el interés del paciente por las personas de su entorno. Este mal funcionamiento interpersonal es un indicador de un mal pronóstico y de un agravamiento de la propia sintomatología depresiva.
(continúa)

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