- Tipo animal: temer a animales como pueden ser los insectos o los reptiles como las serpientes.
- Tipo ambiental: todo lo relacionado con fenómenos ambientales, como son las tormentas, el fuego o las inundaciones, y otro tipo de miedos como el pánico a las alturas.
- Tipo situacional: en este grupo se incluyen por ejemplo el miedo a los ascensores, a los espacios cerrados, a las multitudes o el miedo a volar.
- Tipo sangre-inyecciones-daño (SID): temor a la sangre, a las heridas, a ser intervenido quirurjicamente, etc.
- Otros tipos: cualquier otra fobia existente.
Hay que distinguir lo que puede ser un miedo racional y basado en expectativas o situaciones que generan un peligro real, de lo que son las fobias que se caracterizan por lo siguiente:
- Son miedos desproporcionados: la reacción del sujeto supera con creces lo que es previsible y esperable para el estímulo o la situación que genera la amenaza.
- Son irracionales: el propio sujeto es consciente de que su miedo es inexplicable y no es capaz de atribuirle un sentido o una justificación.
- Se acompañan necesariamente de una conducta de evitación, o en el mejor de los casos, la persona que padece la fobia permanece ante el estímulo o en la situación amenazante con un elevado malestar.
- Provocan en la persona un grado de sufrimiento evidente.
Las fobias a los animales suelen comenzar a una edad temprana, normalmente en la infancia, y son las niñas las que con mayor frecuencia sufren este trastorno. En el caso de las fobias de tipo ambiental, son más frecuentes en los hombres y también suelen empezar en la infancia: lo habitual suelen ser miedos relacionados con fenómenos naturales como el fuego, la oscuridad, las tormentas o los vientos fuertes. Por otra parte, las fobias de tipo SID tienden a surgir en la infancia o a principios de la adolescencia y tienen la peculiaridad de presentar una respuesta bifásica: primero se produce un aumento de la respuesta cardiovascular, aumentando así la tensión arterial y el latido cardíaco; y después ese aumento disminuye bruscamente provocando en el sujeto respuestas fisiológicas como nauseas, vómitos y en ocasiones el desmayo. Por último, las fobias de tipo situacional incluyen situaciones angustiantes similares a las que padecen los sujetos agorafóbicos; se suelen iniciar de forma más tardía que el resto de grupos, alrededor de los veinte años, y representan el grupo de fobias específicas más habitual.
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