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20 may 2014

Amnesia postraumática

La amnesia postraumática es un fenómeno clínico que se produce tras un traumatismo craneal. Normalmente, suele estar iniciada por un estado de confusión tras el cual se produce el fenómeno amnésico en sus dos vertientes: tanto amnesia anterógrada como amnesia retrógrada.

La amnesia anterógrada consiste en una pérdida de la memoria que provoca que la persona no pueda codificar nuevos acontecimientos que puedan ser almacenados en la memoria a largo plazo. Este tipo de amnesia es más habitual en las horas posteriores al inicio del cuadro amnésico; no obstante, va desapareciendo progresivamente.

Por otra parte, la amnesia retrógrada provoca en el individuo el olvido de todo cuanto ha sucedido antes de la lesión. Este tipo de amnesia es de menor amplitud temporal que la anterógrada, aunque puede abarcar grandes períodos de tiempo. Generalmente, en la amnesia retrógrada de la amnesia postraumática, se pierden antes los recuerdos recientes que los antiguos, un fenómeno conocido como la ley de Ribot. Y la recuperación de la memoria sigue el sentido inverso, es decir, se recuerda antes el material más antiguo.

A la hora de diagnosticar una amnesia postraumática, uno de los parámetros a tener en cuenta para valorar la gravedad del trastorno es su duración: esto se relaciona con la cantidad de recuerdos perdidos, así como con la velocidad de recuperación de los mismos. Además de los daños evidentes en la memoria, suele haber otro tipo de alteraciones como agitación, conducta inapropiada, confusión o lenguaje incoherente.

La amnesia postraumática finaliza de manera brusca, generalmente después de que el paciente haya estado durmiendo varias horas. Una vez recuperada la persona, suelen quedar pequeños vacíos en la memoria de manera permanente. No obstante, es necesario indicar al paciente que es reversible, a pesar de que en ocasiones queden secuelas en el aprendizaje.

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